(dedicat a l’Estel que avui fa tres anys)
(*en castellano a
continuación*)
I vet aquí que una vegada, en el temps en què els
taurons menjaven carbassons, que tots els peixets del mar estaven ben
espantats. Ho estaven els bacallans i
els escamarlans, les tonyines i les petxines, el llucet i el mollet, la sardina
i l’anguila, el cranc i la cranca, i el rap i el llobarro i el besuc.
I per què estaven espantats tots els peixets?
Doncs perquè cada vespre venia el drac. Era un drac negre i vermell, que treia
fum per la boca i que cada vesprada s’acostava per reclamar el seu sopar: volia
que els peixets del mar li donessin algun dels seus fillets per tal de sopar un
peixet a la brasa, o bé al forn, o bé una sopeta de peix (per fer la sopeta
aprofitava l’aigua del mar, tot i que li sortia una micona saladeta…) … i clar,
no només un! En volia un grapat perquè el drac del mediterrani era gran, molt
gran i per fer una sopeta ni calien molts, de peixos.
Els peixos estaven espantats i no trobaven la
solució als seus mals. Van cridar el Sant Jordi (que tothom sap que estava
especialitzat a matar dracs), però el seu cavall blanc no surava i es va
enfonsar… (el van haver de rescatar els de Salvament Marítim…), van cridar al
Llop Sentimental, però es marejava i només posar un peu al vaixell va treure el
darrer sopar, que constava de dos ogres, amb barret i botes i tot. Van venir
els cavallers de la Guerra de les Galàxies, però no hi havia manera d’acabar
amb el drac dolentot ni amb les espases làser que s’humitejaven. I, cada
vespre, uns quants peixets acabaven escalivats per la fumera del drac.
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El drac al capvespre / el dragón al anochecer. Foto: Pep Gasol |
I els peixos contents i feliços d’haver-se lliurat
del drac dolentot van córrer a fer-ho saber a tots els nens i nenes del món. I
primer que a ningú, ho van explicar als nens i nenes que complien tres anys el
dia 7 de Maig. Com l’Estel!
I vet aquí un gat, vet aquí un gos, i aquest conte
ja s’ha fos!
Que siguis molt feliç, Estel. Un peto!
Pep Gasol
(amb la col·laboració de Rudyard Kipling i la llegenda
de Sant Jordi)
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Érase
que se era, en los tiempos en que los tiburones comían canalones que todos los
peces del mar estaban aterrorizados. Lo estaban el bacalao y las medusas, los
atunes y las navajas, la sardina y la anguila, y el cangrejo y el chanquete y
el besugo, el gallo y el pez sol.
Y por
qué estaban atemorizados todos los peces? Por que cada noche venía el Dragón.
Era un dragón rojo y negro, que echaba humo y fuego por la boca y que cada
noche se acercaba a reclamar su cena: quería que todos los peces del mar le
dieran alguno de sus pequeñines que él se comería a la brasa, o al horno, o en
forma de sopa de pescado (la preparaba con agua de mar, y a veces le salía un
poco saladita…). Y claro, no sólo quería uno, sino que quería a muchos porque
el dragón del mediterráneo era enorme, muy grande, y para hacerle una sopa,
había que poner muchos pececitos…
Los
peces estaban muy preocupados y no encontraban solución a sus males. Llamaron
al caballero San Jorge (que todo el mundo sabe que está especializado en matar
dragones), pero su caballo blanco no flotaba bien y se hundió (lo rescataron
los de Salvamiento Marítimo). Llamaron al Lobo Sentimental, pero se mareaba y
sólo de poner los pies en el barco vomitó su última cena, que constaba de dos
ogros con sombrero y botas. Vinieron los caballeros de la Guerra de las
Galaxias, pero las espadas láser se humedecieron. Y, cada noche, unos cuantos
pececillos terminaban humeados en la boca del dragón.
Pero
entonces Nemo, que era muy inteligente, tuvo una idea (Nemo y Doris venían de
Australia en un crucero. Recién habían estado en Barcelona, visitando en el Aquàrium
a sus primos): Se trataba de conseguir que el dragón saliera volando, y para
ello pidió a los científicos del Sarmiento que le ayudaran: se trataba de hacer
creer al dragón que el pez más apetecible era el pez luna. El jefe de campaña
del Sarmiento, Javier, montó un powerpoint y le contó al dragón de forma muy
convincente que lo que se veía en el cielo era el pez luna transformado en
sushi por Chie (una japonesa que viene en el buque), que se lo había preparado
sólo para él. Y que era un manjar delicioso. Y el dragón, encantado de que le
prepararan esa comida exquisita saltó hacia la luna, y voló hacia arriba, y más
arriba, pero nunca conseguía llegar a ella. Cuando de repente, ya sin fuerzas,
vio que estaba en la estratosfera (que es un sitio que está muy arriba). Cuando
se dio cuenta empezó a caer, hacia abajo, y más abajo, y más abajo aún…y como
la tierra había estado dando vueltas mientras el dragón perseguía la luna, ya
no cayó en el mar sino en tierra. Exactamente en Sicilia. Fue tan inmenso el
choque que se hundió bajo tierra, y se levantó una pirámide en forma de volcán.
De vez en cuando aún suelta el aliento del dragón…, le llaman Etna.
Y los
peces, felices y contentos de haberse librado del dragón, corrieron a
contárselo a todos los niños y niñas del mundo. Y primero a aquellas y aquellos
que cumplen años el 7 de Mayo!!! Ah, y para agradecer la participación del
Sarmiento y sus científicos, nos ganamos una placa para colgar en los mamparos
del buque. Dice: “A la tripulación y a los científicos del Sarmiento,
agradecidos por librarnos del dragón. Firmado: los peces y otros organismos
marinos susceptibles de convertirse en comida de dragón”
Y el que no
quiera creer esta historia verdadera, ojalá la cabeza se le vuelva de cera.
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