Alba y Nauzet muestreando la roseta. Foto: Mar Nieto-Cid |
Mi nombre es Alba Martínez, soy doctoranda en
el Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo y esta es mi primera campaña
oceanográfica. Desde que empecé mi trabajo en el laboratorio del instituto he
escuchado muchas historias acerca de campañas oceanográficas, los intensos momentos
del reparto del agua y muestreo en la roseta, días de mar enfurecido, anécdotas
del trabajo y de la vida a bordo, por lo que hace tiempo que tengo el gusanillo
de surcar los mares y que mi bautismo oceanográfico sea en el Sarmiento de Gamboa es todo un
lujo.
Me he embarcado en esta aventura para estudiar
la materia orgánica disuelta en el océano, esa materia de la que tanto se
escucha hablar pero que todavía no se tiene muy claro ni su composición ni su
papel en los ciclos biogeoquímicos. Lo que sí se sabe es que tiene un papel clave
y por eso estamos aquí, cruzando el mediterráneo en busca de respuestas. Y es
que el estudio de la materia orgánica disuelta no es tarea fácil ya que aunque
hay miles de millones de toneladas de este material en el océano, la
concentración en la que se encuentra es muy baja por lo que no se puede analizar directamente a
partir del agua que recogemos con la roseta sino que la tenemos que concentrar y aquí es donde entran en juego mis queridos
PPLs y la ultrafiltración, de esta última ya hablaremos en otro post. ¿Y que
son los PPLs? Pues los PPLs son los
culpables de que cada tres estaciones suba desde las cavernas, o también
conocidas como cámara termorregulada a 13ºC (la cual está en oscuridad y hace
un frio que pela) y laboratorio de
química, en donde suelo trabajar la mayor parte del día, y me infiltre en una
esquinita junto al ojo de buey en medio
de los microbiólogos en el laboratorio principal haciendo pinitos para colocar
mis muestras en las alturas. A parte de eso, los PPLs son
unas resinas dentro de un cartucho de plástico por donde se pasa el agua de mar y la materia orgánica
disuelta queda retenida en la resina, de modo que toda la materia orgánica que
hay en dos litros de agua de mar la podemos concentrar en tan solo 6 mL lo que
nos permitirá analizarla químicamente.
Alba y los famososo PPLs... Foto: Mar Nieto-Cid |
El día en el barco comienza muy temprano con
un ajetreo increíble en todos los laboratorios y se alarga a veces hasta largas
horas de la noche, aunque entre medida y medida, sobre todo de las matrices de
fluorescencia podemos abandonar momentáneamente el underground y despejarnos de
múltiples formas: aprendiendo a hacer
pulseras con nudos marineros, intentando bailar la danza del vientre (otra cosa
es que se consiga…), haciendo yoga, tomando el sol aunque sea con capucha,
charlando viendo el horizonte en busca de algún animalito que se deje ver,
viendo una peli, eso sí, con la banda sonora de la alarma del móvil que nos
avisa de que toca cambio de muestra ( y por su puesto perdiéndonos el final…) o viendo
las estrellas desde la proa. En los dos últimos días se han dejado ver
tortugas, delfines jugando a nuestra altura en la proa y un montón de medusas. Este
trabajo es apasionante y lo es aún más en medio de este entorno inmejorable y
el buen ambiente que se vive a bordo.
Por cierto, hoy es San Pancracio…, muchísimas
felicidades!
Alba
No hay comentarios:
Publicar un comentario