Nuestro viaje a lo largo de la senda del
Agua Levantina (“Levantine Intermediate
Water”-LIW) ha llegado a su fin. Hace pocos días cruzamos el Estrecho de
Gibraltar, y con nosotros la LIW salió
resbalando sobre el talud costero hacia el Atlántico, buscando mayores
profundidades acordes con su salinidad y temperatura. En este proceso de
expansión y mezcla, la LIW cambia de nombre (primero “Overflow Mediterranean Water, ahora “Mediterranean Water”) y forma grandes meandros y remolinos,
caracterizando a las aguas profundas de una heterogeneidad que dista mucho de
la idea clásica de un océano oscuro, homogéneo y uniforme.
Nuestra "Piedra rosetta" saliendo del agua con la información recogida del fondo del océano. |
Nos sentimos cansados, pero satisfechos.
Llevamos más de un mes de trabajo intenso recogiendo miles de muestras y
decenas de miles de datos oceanográficos, que nos llevaremos a casa para
analizar los próximos meses. Hemos recorrido 100 años de vida de la LIW en poco
más de un mes. Nuestra intención es descifrar algunos de los secretos ocultos
que esta masa de agua lleva de equipaje en su viaje hacia el Atlántico,
utilizando como herramienta principal la
“Roseta Oceanográfica”; nuestra “Piedra Rosetta”, llave y puerta de nuevos campos de
conocimiento en el océano.
Salinidad del agua mediterránea a 750 metros de profundidad, formando meandros y remolinos (cortesía de A.J. González) |
La “Piedra Rosetta” (fragmento de una
antigua estela egipcia grabada en el año 196 AC) fue un referente para poder
descifrar y entender la literatura y la civilización del Antiguo Egipto. La piedra está dividida en
tres franjas horizontales. En cada franja está grabado el mismo texto, pero
en tres escrituras distintas
(jeroglífico, egipcio demótico y griego antiguo); lo que facilitó la clave para
comprender la escritura egipcia.
Tres franjas, tres grupos, tres zonas…
Parece que nuestro viaje estaba también predestinado a estar dividido en tres.
Hemos estudiado tres cuencas marinas (Mediterráneo Oriental, Mediterráneo
Occidental y Atlántico Nordeste); a
través de tres regiones oceánicas: las zonas epipelágica (iluminada), mesopelágica
(penumbra) y batipelágica (oscuridad). La tripulación del barco también está
dividida en tres estratos: puente, cubierta y máquinas; como lo está la de
científicos: investigadores “senior”, estudiantes de doctorado y técnicos. Pero,
al igual que la “Piedra Rosetta” utilizó tres
tipos de escritura para ilustrar un mismo mensaje, tripulación y científicos
contribuyen juntos a descifrar la información que la Roseta nos sube cada día. Tres, tres Rosetas cada día…
la primera a las 7 de la mañana. Tres, tres escrituras distintas (oceanografía
física, biogeoquímica y microbiología) para un mismo texto críptico, en clave
de mar, que queremos ayudar a resolver. El Agua Mediterránea no solo es agua y sal;
lleva inscrita la historia desde su nacimiento. Lleva también grabados nuestros
recuerdos e ilusiones a lo largo de este mes.
Los científicos y parte de la tripulación a bordo del Sarmiento de Gamboa en HotMix. Foto: Mar Nieto-Cid |
Gracias a todos mis compañeros en el
barco por este inolvidable viaje a través del tiempo.
… y a ti Nacho (pintor de sueños de color
a través de puertas y ventanas), por inspirarme la idea.
Javier